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Globalizacion de la Economia y las Crisis Economicas Internacionales

  

El Dr. Krugman inició la conferencia explicando cinco puntos importantes relacionados con la globalización económica. Primero, en los últimos 20 años el comercio internacional ha crecido de manera intensa, segundo, los excesos de ahorros internos de los países desarrollados han sido transferidos a los países en desarrollo, lo que ha originado movimientos de capitales y mucha especulación, tercero, la inversión directa (empresas transnacionales) ha crecido pero de manera intermitente, cuarto, la libre movilidad del recurso humano, y por último, la difusión de las ideas, de las diferentes culturas y sobretodo la disponibilidad de la información en tiempo real.

Se destacó la importancia del desarrollo de la tecnología y su influencia en la globalización de la economía. Tenemos el caso del fax que hasta el momento ha sido el invento que más ha estrechado distancias entre comerciantes, al igual que la informática. Sin embargo la tecnología no es el único factor. Tenemos como ejemplo las dos guerras mundiales y las ideologías contradictorias de los bloques económicos, capitalismo y comunismo, que aún con niveles considerables de avance tecnológico, la globalización no se expandió y muy por el contrario fue interrumpida.

Otro factor influyente en la globalización fue la política económica, es decir, la voluntad de los gobernantes. Las políticas económicas orientadas al libre mercado han ocasionado que el comercio internacional se expanda trayendo como consecuencia la globalización.

También se analizó el caso del Asia. Hace tres años se hablaba del milagro asiático y se emulaba las políticas de desarrollo adoptadas por los tigres y dragones del Asia, las mismas que consistían en términos generales en un crecimiento hacia fuera, con protección a la industria nacional, y estados interventores fuertes orientados al mercado.

La mayoría de países latinoamericanos adoptaron políticas de desarrollo con crecimiento hacia adentro vía la estrategia de sustitución de importaciones para crear demanda interna y no depender de los ciclos internacionales que afectan los precios de las materias primas y por tanto la capacidad de importación. Esta estrategia no dio los resultados que se esperaban, pues dirigió el esfuerzo en aspectos macroeconómicos y dejó en un segundo plano la eficiencia propia del mercado en los procesos productivos, la misma que no se desarrolla en mercados intervenidos por el Estado.

 Se habló también que los frutos de la globalización se verán en el largo plazo. Sin embargo resaltó el conferencista que las economías si se benefician en el breve plazo dado el influjo de los capitales de corto plazo que permiten desarrollar el mercado de crédito a través de los bancos comerciales.

Se explicó la secuencia de las crisis económicas de los países: la recesión deprime los ingresos tributarios y aparecen déficits fiscales (gastos menos ingresos) y presiones a la devaluación de la moneda nacional o aumento del tipo de cambio. Luego se toman las medidas ya conocidas como la devaluación, la eliminación del déficit fiscal y la negociación de la deuda externa. La economía se estabiliza, la inflación disminuye, los capitales de corto plazo comienzan a ingresar al sistema financiero como ahorro externo cubriendo el déficit en las cuentas externas (diferencia entre las importaciones y las exportaciones que se ve reflejada en el déficit de ahorro interno versus inversión).

 

Sin embargo la recuperación es lenta en el sentido que el crecimiento sostenido demora años en conseguirse lo que conlleva a bajas tasas de crecimiento del empleo. Conocemos casos como Argentina, México, Perú, etc; pero al fin se toma la senda del desarrollo.

Hasta antes de julio de 1997, se consideraba el milagro asiático, y ¿luego qué?

El conferencista explicó las tres generaciones de crisis relacionadas al valor de la moneda y balanza de pagos; la primera se relaciona con países con políticas económicas poco eficientes que defienden su moneda a cualquier precio perdiendo reservas internacionales. Como ejemplo tenemos el caso de Rusia. Una variante de las crisis de primera generación es el incremento de la deuda privada. La segunda se relaciona con devaluaciones que fueron necesarias efectuarlas (abandonar el tipo de cambio fijo). Como ejemplo tenemos a Inglaterra, Italia, España, los cuales fueron forzados a devaluar para no perder reservas. Influyó mucho la especulación y los movimientos de capitales. Se pensaba que México tuvo este tipo de crisis, sin embargo fue un error considerarla como tal, pues realmente tuvo una crisis de tercera generación la que se explica más adelante. Tenemos como ejemplo a Brasil que quiso controlar al real y perdió miles de millones de dólares de reservas. El FMI dio sus recomendaciones clásicas que consisten en mantener altas tasas de interés para mantener los dólares y evitar que salgan del sistema financiero así como incentivar el ingreso de capitales dada la mayor rentabilidad. Sin embargo esto trajo como consecuencia una desmotivación a las inversiones y al consumo lo que ocasionó recesión con pérdidas de reservas. El temor a devaluar por parte de los gobernantes fue crear inflación y traer como consecuencia que las deudas de las empresas en dólares se hagan difíciles de pagar. Sin embargo la decisión tomada no fue la mejor porque al fin y al cabo Brasil tuvo que devaluar. Obviamente que la devaluación afecta a todos los países latinoamericanos y a los socios comerciales del resto del mundo. Este es un caso típico de crisis de segunda generación.

El tercer tipo de crisis es la que sucedió en México en 1994. Todo va bien sin embargo aparece el pánico financiero y la expectativa de devaluación. Los capitales salen de un día a otro del sistema financiero. El tipo de cambio aumenta y las empresas endeudadas en dólares se ven en problemas. Sin embargo las exportaciones se hacen más baratas por el efecto precio, o más competitivas.

Pareciera que este tipo de crisis aparece de la nada. Un aspecto importante a ser considerado es la vulnerabilidad del sistema financiero. En el caso de Brasil, este país superó la crisis gracias a su sistema bancario estable.

El crecimiento económico acarrea riesgos que influyen en la vulnerabilidad del sistema financiero. La única forma de reducir los riesgos es tener un sistema financiero sólido, un buen soporte legal y un apalancamiento adecuado por parte de las empresas, es decir, deudas posibles de pagar a los bancos.

Una de las conclusiones de la conferencia es que no existen soluciones iguales para todos los casos como planteara el FMI y que cualquier país, sea desarrollado o no está expuesto a una crisis de tercera generación y que sólo las políticas económicas coherentes, un sistema financiero estable y una buena legislación amortiguaría la crisis. En algunos casos se hizo necesario los controles a los capitales de corto plazo como fue el de Malasia (en el Perú los capitales de corto plazo no están expuestos a los encajes, me refiero a los préstamos tomados por la banca comercial con bancos del extranjero).

Mantener el tipo de cambio fijo tampoco es conveniente a menos que las monedas estén integradas y que existan libre movilidad de recursos.

En relación a la posibilidad que nuestra economía adopte el dólar como única moneda en un breve plazo no existe una solución inmediata, es decir, dependerá de la evoluciónde la economía. Si la masa monetaria se mantendría en un setenta por ciento aproximadamente en dólares por un periodo de tiempo de quince años o más, sería conveniente la dolarización. Sin embargo sería interesante observar muy de cerca la evolución de la economía del Ecuador en su proceso de dolarización. El conferencista dio énfasis que el sistema de tipo de cambio flexible es el óptimo en estas circunstancias.

 

Teoría política de Platón

 

La República, la mayor obra política de Platón, trata de la cuestión de la justicia y por lo tanto de las preguntas ¿qué es un Estado justo? y ¿quién es un individuo justo?

El Estado ideal, según Platón, se compone de tres clases. La estructura económica del Estado reposa en la clase de los comerciantes. La seguridad, en los militares, y el liderazgo político es asumido por los reyes-filósofos. La clase de una persona viene determinada por un proceso educativo que empieza en el nacimiento y continúa hasta que esa persona ha alcanzado el máximo grado de educación compatible con sus intereses y habilidades.

Los que completan todo el proceso educacional se convierten en reyes-filósofos. Son aquellos cuyas mentes se han desarrollado tanto que son capaces de entender las ideas y, por lo tanto, toman las decisiones más sabias. En realidad, el sistema educacional ideal de Platón está, ante todo, estructurado para producir reyes-filósofos.

Asoció las virtudes tradicionales griegas con la estructura de clase del Estado ideal. La templanza es la única virtud de la clase artesana, el valor es la virtud de la clase militar y la sabiduría caracteriza a los gobernantes. La justicia, la cuarta virtud, caracteriza a la sociedad en su conjunto. El Estado justo es aquel en el que cada clase debe llevar a cabo su propia función sin entrar en las actividades de las demás clases.

Platón aplicó al análisis del alma humana un esquema semejante: la racional, la voluntad y los apetitos. Una persona justa es aquella cuyo elemento racional, ayudado por la voluntad, controla los apetitos. Existe una evidente analogía con la estructura del Estado anterior, en la que los reyes-filósofos, ayudados por los soldados, gobiernan al resto de la sociedad.

La política platónica no ignora la realidad empírica ni se propone destruirla, sino que quiere asumirla, sólo que para ponerla en contra de ella misma. Lo decisivo del proyecto metafísico es la posición de un lugar fundante ‘por encima’ de lo dado. Los ámbitos de la realidad – physis, pólis- que se habían presentado al pensamiento –los presocráticos, los sofistas, los trágicos- con toda su densidad ontológica y preñados de movimiento, diferencias y contradicciones, ya no dan cuenta de sí y tienen que ser sostenidos desde otro lugar.

Platón sabe perfectamente que no hay otro lugar para la política que la polis empírica, pero le niega toda creatividad genuina. Su espontaneidad se convierte en el crecimiento de la multiplicidad y la apariencia. Ésta es la pesada herencia del platonismo (esto es, de la metafísica), que descalifica de entrada cualquier posibilidad de que lo dado pueda jugar desde sí, y le impone ser moldeado desde otro lado. La verdad tiene que ser encontrada en un lugar ‘más arriba’ y desde allí debe ser organizado lo inmediato. No importa la propuesta política concreta, el verdadero contenido es el establecimiento de estos planos. Con ellos se establece un horizonte ‘autoritario’ o ‘totalitario’ que pretende disolver toda particularidad y toda finitud positiva colectiva o individual. Dentro de ese horizonte no puede haber juegos de amor y lucha, ni crecimiento orgánico, ni deliberación y elección de fines finitos y múltiples, ni atención a la oportunidad (al kairós, clave de la política sofística). El dios, y no el hombre, es la medida de todas las cosas (Leyes 716c). Por supuesto, lo dado, lo sensible, lo empírico, el cuerpo, la ciudad de los hombres, es un dato primario e imposible de suprimir, y Platón lo sabe.

Política platónica: el hombre es un ser social que solo alcanza su perfección en la ciudad, de modo comunitario. El Estado es el único capaz de armonizar y dar consistencia a las virtudes individuales. Platón diseña la estructura de su República ideal compuesta de tres clases sociales: los filósofos, los guerreros y los artesanos. Los primeros tienen el mando y gobierno general, pues su virtud es la sabiduría, los guerreros velan por el orden y la defensa ( su virtud es la fortaleza ), y los artesanos, pueblo llano, son dirigidos por la templanza, virtud que ha de ser común a todos. 

La ética y la política se refieren ambas a la praxis humana, esto es, a las acciones que podemos realizar los hombres y a la dirección que vamos a dar a nuestra voluntad y libertad.

La diferencia estriba en que la ética es una praxis íntima, personal y la política es la coordinación de muchas acciones y, por ello, en esta última hay que tener en cuenta la voluntad de los demás. La política gira en torno a las leyes e instituciones creadas para elaborarlas y administrarlas.

Ética y política no son simplemente teorías sobre las que los hombres dedican su estudio y se ponen o no de acuerdo. Son un hecho que no hay que demostrar. Todos los días tomamos opciones éticas o políticas porque no vivimos en soledad sino en comunidad. Nuestra naturaleza es plenamente social. Pues bien; Aristóteles era un meteco en Atenas, y por este motivo, no podía participar activamente en la política. Esto, sin embargo, no menoscabó su interés por el ámbito de la praxis humana. De hecho, nos ha dejado algunas obras que tratan estos temas con gran profundidad. Estudiaremos primero la ética y luego la política.

 

LA POLÍTICA ARISTOTÉLICA

 

 

Ética y política están íntimamente vinculadas en Aristóteles. La ética desemboca en la política y se subordina a ella, en la medida en que la voluntad individual ha de subordinarse a las voluntades de toda una comunidad. Pero también, la política permitirá que el Estado eduque a los hombres en la virtud y, sobre todo, en la justicia:

"El bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado entero"
(Etica Nic. I, 2.)

 Ética y política se refieren ambos al bien del hombre. Y el bien de la ciudad y el del individuo coinciden porque la felicidad de la comunidad, como un todo, es la suma de la felicidad de cada individuo que integre esa comunidad. El Estado, además, ha de dedicarse a educar a sus ciudadanos en la virtud y a permitir que los ciudadanos sean felices.

Sólo en una polis feliz alcanzarán la felicidad los hombres.


Aristóteles defenderá un organicismo social: el Estado es como una especie de "ser natural" que no aparece como resultado de un pacto o acuerdo convencional entre hombres, sino que es connatural al hombre, es decir, pertenece a su misma esencia o naturaleza:

" Finalmente, la comunidad compuesta de varios pueblos o aldeas es la ciudad-estado. Esa ha conseguido al fin el límite de una autosuficiencia virtualmente completa, y así, habiendo comenzado a existir simplemente para proveer la vida, existe actualmente para atender a una vida buena. De aquí que toda comunidad existe por naturaleza en la misma medida en que existe naturalmente la primera de las comunidades." (Política, 1253a)

 

Según Aristóteles, genéticamente, el individuo y la familia son anteriores al Estado (polis), pero naturalmente, no. Las familias surgen de la necesidad de la especie humana para procrear y subsistir como especie. Esta es la unión primera entre hombres.

Luego surge la aldea o pueblo como agrupación necesaria para satisfacer las necesidades primarias y cotidianas. Una familia no puede procurarse a sí misma todo lo necesario.

La ciudad-estado es la culminación de este proceso. Su fin no es ya la subsistencia. No se trata ya de vivir, sino de "vivir bien"; es decir, de procurar la felicidad a todos sus miembros.

Así el Estado se comporta como si fuera un organismo o un "ser vivo" que, como cualquier otro, tiende a un fin: la felicidad de los ciudadanos.
aisladamente, los hombres no podemos lograr nuestro fin: la felicidad. Necesitamos de la comunidad política para conseguirlo: somos animales políticos (zôon politikón), que desarrollan sus fines en el seno de una comunidad:

" Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....]
Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gragario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensacones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."
(Política, 1253a)

 

El carácter político del hombre se explica por su capacidad de lenguaje. La sociedad es una gran red de memoria compartida, de leyes, que nos in-forma y a la que nosotros vamos dando forma. Y esa enorme memoria está hecha de lenguaje. Sólo éste puede diferenciar lo bueno de lo malo, lo permitido de lo prohibido. Las leyes son lenguaje social y compartido por todos. La tarea del legislador será precisamente estipular las leyes y hacerlas cumplir. En toda sociedad hay siempre un elemento coactivo. La ley no da sólo derechos; también impone deberes.

Según Aristóteles, desde el punto de vista del individuo como miembro de una comunidad, el Estado en anterior al individuo, al igual que el todo es anterior a las partes que lo componen. El estado es concebido como un gran organismo autosuficiente y autónomo:

"Es evidente, por tanto, que también el Estado es anterior al individuo por naturaleza, pues si cada individuo, una vez separado o aislado, no se basata a sí mismo, debe ser referido al Estado total, igual que las demás partes lo son a su todo, mientras que un hombre ue es incapaz de formar parte de una comunidad, o que se basta a sí mismo, hasta el extremo de no necesitar esto, no es prte alguna del Estado, de manera que, o bien debe ser un animal inferior, o bien un dios."

 Esta prioridad es debida a que sólo el Estado se basta a sí mismo, es decir; el Estado es autárquico y el individuo y la familia no lo son. Los seres humanos necesitamos de la comunidad política para ser lo que somos. Necesitamos compartir esa memoria colectiva de usos, costumbres, saberes, leyes, destrezas... en definitiva, cultura, para ser lo que somos. No podemos empezar siempre desde cero sin perder nuestra humanidad. El Estado existe naturalmente.

Esta prioridad del estado frente al individuo no supone, sin embargo, que Aristóteles defienda alguna clase de totalitarismo político o de anulación de las diferencias humanas. El Estado no es ningún fin en sí mismo, sino que su fin (telos) es la felicidad y la perfección de los ciudadanos. Ética y política se abrazan siempre.

Aristóteles criticará la teoría política de Platón, la utopía de la República le parece demasiado alejada de la realidad, y la política debe dirigirse a lo que hay, no a lo que nos gustaría que hubiera o a lo que debería ser. Aristóteles en bastante más empírico y realista que su maestro.

El Estado no puede consistir en una unidad perfecta, ya que ésto conllevaría su propia destrucción. Igual que en un organismo las partes que lo componen están diferenciadas entre sí, el Estado es un todo que abarca multitud de diferencias; y en ello consiste: en la regulación mediante leyes, de todas las diferencias, de todas las voluntades.

Tampoco estaba de acuerdo con la teoría platónica que proponía abolir la propiedad privada y que pretendía colectivizar las mujeres y los hijos: todo ello conllevaría la destrucción de la recta moral y del propio Estado.

En la práctica, constituir un Estado sólo es posible si se le dota de un sistema de gobierno, de un marco adecuado de leyes e instituciones que regulen la convivencia y permitan la plena realización de la naturaleza humana y su fin último que es la felicidad. La justicia es la virtud que asegura y consolida el orden en la polis, armonizando equitativamente los derechos y los deberes de todos los miembros de la comunidad. La postura política aristotélica es "naturalista" : el Estado es algo natural. No es fruto de un pacto o acuerdo entre hombres (contractualismo), sino que es consecuencia de la propia naturaleza humana.

 

El Leviatan : Politica de Thomas Hobbes



La filosofía pólítica y la teoría social de Hobbes representan una evidente reacción contra las ideas descentralizadoras (parlamentarismo) y la libertad ideológica y de conciencia que proponía la Reforma, en la que él avistaba el peligro de conducir inevitablemente a la anarquía, el caos y la revolución, de forma para él fue necesario justificar y fundamentar la necesidad del absolutismo como política ideal con la que soslayar dichos "males". Es inevitable instaurar una autoridad absoluta cuya ley sea la jerarquía máxima y tenga que ser obedecida por todos sin excepción.

El Estado es un "artificio" que surge para remediar un hipotético estado de naturaleza en el que los hombres, guiados por el instinto de supervivencia, el egoísmo y por la ley del más fuerte (la ley de la selva), se hallarían inmersos en una guerra de todos contra todos que haría imposible el establecimiento de sociedades (y una cultura) organizadas en las que reinara la paz y la armonía. Sin un Estado o autoridad fuerte sobrevendría el caos y la destrucción (la anarquía), convirtiéndose el hombre en un lobo para los otros hombres, según la célebre frase de Hobbes: "homo hominis, lupus".

La propia naturaleza nos otorga una razón que nos provee de ciertas "leyes naturales" que son como "dictados de la recta razón sobre cosas que tienen que ser hechas o evitadas para preservar nuestra vida y miembros en el mismo estado que gozamos". Por ello, el hombre encuentra dentro de sí la necesidad de establecer unas leyes que le permitan vivir en paz y en orden; necesidad que se realiza mediante un pacto o contrato social mediante el cual, los poderes individuales se transfieren a "un solo hombre" o a "una asamblea de hombres": el Estado o Leviatán que, como el monstruo bíblico, se convierte en el soberano absoluto y cuyo poder aúna todos los poderes individuales.

El Estado se presenta así como algo artificial, opuesto a la naturaleza humana, pero susceptible de garantizar la supervivencia de todos a costa de la pérdida de su autonomía y libertad. Aunque Hobbes estuvo a favor de la libertad religiosa e ideológica y favoreció el proceso de secularización de Europa, no obstante defendió el poder absoluto y casi autófago del Estado, a cuyos intereses ha de subordinarse toda minoría. Hobbes representa el orden propio del conservadurismo, en el cual, el todo social armonioso ha de estar
por encima y subordinar cualquier acción u apetencia individual.

EL RENACIMIENTO

 

 



 


El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.

Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América.

 

El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuÒa en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antiguedad clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX.

Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.
El Renacimiento es ante todo, un espíritu que trnasforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.

Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.

Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.

 

Politicamente Italia se organizó en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artístico y político encabezadas por Florencia. Tras la muerte de Juan Galeazzo Visconti en 1402 los intentos por hacer de italia un reino unido bajo el mando de un solo gobernante, excedieron sus posibilidades reales. En el Renacimiento la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Milán, Nápoles, Venecia y el Papado. Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creación de un nuevo grupo social: los Condottierieran personajes especializados en la guerra, grandes estrategas que estaban generalmente al mando de una compañia, aunque, en última instancia, su suerte la decidían el poder, ls necesidades, los objetivos y los recursos del príncipe o Estado al que servía. Las guerras entre los estados italianos se hacían mediante contratos, por tanto a través de los condottiero, durante casi dos siglos. Esta tradición pseudo-mercenaria se hizo presente en europa desde el siglo XIII, gracias en parte al desarrollo económico de las ciudades, el crecimiento demográfico y la tradición de las Cruzadas, haciendo posible que parte de la clase de terratenientes se aúnen para producir un gran excedente de grupos armados fuertemente cualificados.

Desde finales de l siglo XV los condottieri fueron personajes para los que la guerra era una empresa esporádica más que una actividad permanente; la clave de este sistema se basaba en la condotta, contrato en el que se especificaban las condiciones de los servicios prestados por el capitan y sus soldados y su retribución por ellos. Este tipo de contrato se utilizó en otros ámbitos, gracias al nacimiento de una fuerte burguesía p´rospera que buscaba su propio beneficio. Nace ahora la clientela, debido a que la economía se va liberando y van tomando autonomía los pequeños comerciantes y banqueros que, con su mecenazgo, van a impulsar relaciones comerciales a nivel nacional e internacional. Pero este movimiento de capital no estaba controlado por un Estado fuerte que promoviera dichas iniciativas, sino que generalmente funcionaban como empresas privadas, gestionadas a menudo sobre una base familiar, subordinándose a la iniciativa de un linaje o clase social acomodada. Generalmente se trataba de aristrócratas que no eran miembros de la nobleza ni pretendían serlo, y, sin embargo, eran reconocidos como personajes de alto prestigio en la sociedad renacentista. Se mantenían al margen de la corte, valiéndose de la situación de que el príncipe o monarca no conocían los mecanismos financieros, abriéndose para ellos un campo extraordinario de oportunidades como operadores económicos o intermediarios entre ellos financiando algunos de los gastos extraordinarios de la corte. Pero aun sin pertenecer a la clase nobiliaria y eclesiástica, gracias a su capital rivalizaron con ellos.

El nacimiento del mecenazgo impulsó tambien planteaminetos gremiales, siendo la propia ciudad la que generosamente propició con los fondos de sus arcas el engrandecimiento de las ciudades. Así, por ejemplo, el Hospital de los Inocentes de Florencia fue costeado por el gremio del arte de la seda.

Ya hemos dicho antes que el Renacimiento surgió en Italia, pero además, el Renacimiento del siglo XV se da solo en este país. Se puede decir que en Francia, España y Alemania hacia 1450/1500 ya se conoce este movimiento, pero no se desarrolla plenmente hasta el siglo XVI. El renacer de Italia estuvo ligado a la idea de la recuperación de la grandeza de Roma, que tras la caída del Imperio Romano, y un periodo de anarquía y confusionismo, desde el quattrocento se trata de romper con esa etapa bárbara para volver a esa idea de grandeza latina. La pérdida de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejías, que finalmente darán a fines del siglo XVI la Reforma Protestante.

En esta épocael Imperio Bizantino se tambaleaba por los Turcos; la economía Europea estaba en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afectó al pensamiento: el escolasticismo de la Edad Media cae en un escepticismo radical. Los primeros pensadores cristianos concedían una primacía al espiritualismo sobre lo material, existía una visión providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Príncipes y esto dio lugar a inicios del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.

Teorías de inicios del Renacimiento proponen que el gobierno es una institución terrenal pero de origen divino. Surgen entonces nuevos pensadores que renuevan la teoría política, exigiendo la separación de poderes: el gobierno es una institución terrenal de invención humana que no tiene nada que ver con la divinidad. Uno de los primeros teóricos en afirmar esta otra teoría fue Dante, que, en su obra De Monarquia defiende la autoridad civil sobre la eclesiástica. Otros tantos pensadores proponen esta división como Marsilio de Padua y Guillermo de Occam entre otros.
La teoría política de este periodo llega a su culmen con Maquiavelo, pensador que influirá posteriormente en el pensamiento del Barroco. Este autor propone por primera vezla total separación de poderes entre la Iglesia y Estado, pero incluso fue más allá: en su obra Discursos afirmó que el objetivo de un buen gobernante debía ser el bienestar de su comunidad, por tanto el soberano podía saltarse cualquier cuestión moral, ética o religiosa.
La polémica estaba servida en los núcleos eclesiásticos, culminando con la Reforma. Todas estas ideas fueron posibles también gracias a los avances científicos de este periodo. La ciencia cobrará un fuerte desarrollo gracias al humanismo y a inquietud intelectual. El Humanismo tiene sus antecedentes en plena Edad Media, en la modernidad del pensamiento de Abelardo, filósofo francés del siglo XII, que propugno una filosofía individualista ensalzando la grandeza humana, en un momento en que domina la idea de Dios sobre lo terrenal. Un poco más adelante otro antecedente aislado fue la corriente humanista desarrollada en el siglo XIII en la Universidad de Charyres, donde se animaba a profundizar y conocer el mundo clásico. Este brote aislado francés se da en Italia en términos similares en los círculos cultos de Florencia, en la Academia Neoplatónica costeada por los Médici. El término Humanismus fue acuñado en 1808 por el alemám Netharmer, refiriéndose al valor formativo en la educuación de los clásicos grecolatinos. El humanista del Renacimiento era por definición un erudito, un hombre culto, enamorado de la antigüedad y perocupado por el estudio de todas las disciplinas en el campo del saber. Se siente atraído por la filosofía de Platón. Los dos máximos defensores de las concepciones platónicas fueron Marsilio Ficcino y Piccolo della Mirandolla, que fueron quienes fundaron la Academia Neoplatónica de Florencia.
En teoría defendían el pensamiento platónico adaptándolo al concepto cristiano. En la Academia se promovió el estudio y la traducción de la cultura latina, destacando Pietro Bracciolini que descubrió el Tratado de Arquitectura de Vitrubio, que será el modelo tratadístico de los siglos XV y XVI; también es importante la figura de Poliziano que recuperó el interés por la mitología, haciendo resurgir el paganismo en el arte cristiano.

   

El hombre humanista se centra en el estudio de la cultura clásica, en el estudio del hombre como individuo y en su capacidad intelectual para el estudio de todos los campos del saber: ciencia, filosofía, arte...El ideal es un hombre completo, armónicamente desarrollado en lo físico y en lo espiritual que no limita su saber a un campo concreto, sino abierto a lo universal. La plena confianza que se tiene en el hombre da lugar al antropocentrismo. El prototipo de humanista lo encontramos en Leonardo da Vinci. El intelectualismo de este periodo produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta que ayudó a la difuesión de los saberes por todas las cortes Europeas. El hombre en el terreno científico trata de profundizar en las apicaciones y fundamentos de la ciencia; así hay un gran desarrollo de la oftalmología; las cátedras de cirugía y anatomía en las Universidades serán desarrolladas por los médicos que se van dirigiendo cada vez más por el camino práctico como Miguel Servet, que publicó el Tratado de Terapeútica donde manifiesta ser el descubridor de la circulación pulmonar, dejando la puerta abierta para que posteriormente se descubra la circulación de la sangre.

La astronomía fue uno de los campos más importantes en el progreso científico, que influirá en el cambio de pensamiento de los europeos gracias a la obra de Copérnico De Revolutionibus Orbium Caelestium donde tira por la borda las teorías geocentristas de Ptolomeo, afirmando un sistema heliocéntrico que explica de manera más efectiva los fenómenos astronómicos observados. Se producen también extraordinarios inventos en el campo de la ciencia de la navegación, impulsados por el descubrimiento de América: aparece el astrolabio y el nocturlabio, la carta naútica o portulario, inventos que facilitaron la navegación y el afán de aventura y conquista de nuevos territorios.

A partir del siglo XVI estos conocimientos comienzan a difundirse por toda Europa, pero antes de terminar esta brevísima introducción al Renacimiento hay que mencionar un hecho importante que marcó el paso de este periodo al Barroco, y que conocemos como la crisis Manierista. En 1527 los ejércitos del emperador Carlos V tomaron Roma y la sometieron a un brutal saqueo donde fueron hechos prisioneros el Papado y el Sacro Colegio Cardenalicio. Durante nueve meses toda la cristiandad estuvo sin guía, augurando ya el cambio con la Reforma que desde Alemania se pedía con fervor. Un cambio que defraudó a muchos en su esperanza por la renovación de la iglesia porque no llegó a culminar hasta varios años después y sin cuajar en Roma. Pero, como indica André Chastel en su obra El Saco de Roma desde esta fecha ya nada fue igual: esta crisis no sólo supuso un trágico ejemplo de la guerra, sino que dio lugar a la difusión de una nueva mentalidad que afectó tanto a las artes como a las letras más allá de Italia. Así surge el manierismo, término que deriva del vocablo italiano Manieray que se refiere a los distintos modos gramaticales de diverso significado. El significado más parecido sería estilo, aunque la maniera era considerada un atributo inherente al arte. La llegada del Manierismo está relacionada con la creación y práctica de un tipo completamente distinto en su personalidad, dotado de facultades individuales propias, esto suponía una liberalización en parte de las reglas estéticas que se promovieron desde las Academias del Renacimiento.

El Manierismo surge en un periodo de crisis como una transición no sólo debida a un antihumanismo, como se ha intentado ver, sino que se suman una serie de factores que, de manera inherente, hacen que aparezca la ruptura: el saqueo de Roma, la preparación del Concilio de Trento, la nueva orientación de las rutas comerciales, la revolución económica en toda Europa y la crisis econímica en el ámbito mediterráneo, que hacen realidad la crisis y también en parte la disolución del humanismo en Italia, en favor de una mentalidad que es por un lado racionalista hasta el límite, y por otro lado radicalmente antiintelectualista. Esta crisis comenzó con la duda de si eran concordantes las necesidades espirituales y corporales con las creencias religiosas y la salvación, dando lugar a un arte donde lo espiritual no era representado como algo que se consumía en las formas materiales, sino que podía ser sugerido más allá de los límites de las formas. De esta manera el manierismo como antihumanismo, como filosofía de vida y como nueva dirección por sus tendencias opuestas al Renacimiento, podría designarse como Contrarrenacimiento. El Manierismo es por tanto, una manifestación de crisis, la necesidad de nuevos horizontes para ser explorados que se produce , sobre todo en el ámbito del arte, y que augura el nacimiento de un nuevo periodo: el Barroco.

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