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Teoricos Politicos

Montesquieu

 

 

Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (18 de enero de 1689 - 10 de febrero de 1755), fue un cronista y pensador político francés que vivió en la llamada Ilustración. Es uno de los filósofos y ensayistas ilustrados más relevantes en especial por la articulación de la teoría de la separación de poderes, que se da por descontado en los debates modernos sobre los gobiernos, y ha sido implementado en muchas constituciones a lo largo del mundo.

Su pensamiento debe ser enmarcado dentro del espíritu crítico de la Ilustración francesa, patente en rasgos como la tolerancia religiosa, la aspiración de libertad y su concepto de la felicidad en el sentido cívico, si bien se desmarcará de otros autores de la época por su búsqueda de un conocimiento más concreto y empírico en oposición a la abstracción y método deductivo dominantes. Podemos decir que como difusor de la Constitución inglesa y teórico de la separación de poderes se encuentra muy cercano al pensamiento de Locke, en tanto que como autor de las Cartas Persas podría situarse próximo a Saint-Simon. Sin embargo, el pensamiento del señor de La Brède es complejo y tiene esa personalidad propia que le convierte en uno de los pensadores más influyentes en el seno de la Historia de las ideas políticas.

 

Nació el 18 de enero de 1689 en el Castillo de la Brède, a pocos kilómetros de Burdeos, Francia. Hijo de Jacques de Secondat y Marie-Francoise de Pesnel, su familia pertenecia a la llamada nobleza de toga. En ese mismo año, el parlamento inglés, a través de Bill of Rights impone definitivamente una monarquía constitucional en Inglaterra, mientras que en Francia el largo reinado de Luis XIV parece asegurar el poder absoluto del rey, pese a la crisis y el descontento que se manifiesta a su muerte en 1715.

Estudió en la Escuela de Oratoria de Juilly y la carrera de Derecho siguiendo la tradición familiar, primero en la Universidad de Burdeos y más tarde en París, entrando en contacto con los intelectuales de la capital francesa. En 1714, tras la muerte del padre, vuelve a La Brède donde ingresará como consejero en el Parlamento de Burdeos. Pasará a vivir bajo la protección de su tío, el barón de Montesquieu, quien a su muerte le dejará como legado tanto su fortuna, como su título de barón y el cargo de Presidente del Parlamento (1716-1727). En 1715 contrae matrimonio con Jeanne Lartigue. Durante esa época y como miembro de la Academia de Ciencias de Burdeos, presentará varios estudios sobre las glándulas renales, la gravedad y el eco. Su función de magistrado le aburre, por lo que termina vendiendo el cargo y dedicándose a viajar por Europa observando costumbres e instituciones de los diferentes países. Muere el 10 de febrero de 1755 en París.

Thomas Moro

 

Thomas More, conocido por la castellanización de su nombre como Tomás Moro y en latín como Thomas Morus (Londres, 7 de febrero de 1478 – 6 de julio de 1535) fue un pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés, que fue además poeta, traductor, canciller de Enrique VIII, profesor de leyes, juez de negocios civiles y abogado. Su obra más famosa es Utopía, donde busca relatar la organización de una sociedad ideal.

En 1535 fue enjuiciado por orden del rey Enrique VIII, acusado de alta traición por no prestar el juramento antipapista frente al surgimiento de la Iglesia Anglicana ni aceptar el Acta de Supremacía. Fue declarado culpable y recibió condena. Permaneció en prisión hasta ser decapitado el 6 de julio de ese mismo año. En 1935 fue canonizado por la iglesia católica, quien lo considera un santo y un mártir.

 

Nació en Londres (Inglaterra) el 7 de febrero de 1478, hijo de John More, mayordomo del Lincoln's Inn, jurista y posteriormente nombrado caballero y juez de la curia real. En 1486, tras cinco años de enseñanza primaria en el Saint Anthony School, considerada la mejor escuela de gramática de Londres[cita requerida], además de la única gratuita, fue conducido según la costumbre entre las buenas familias al Palacio de Lambeth, donde sirvió como paje del cardenal John Morton, arzobispo de Canterbury y lord canciller de Inglaterra.

Con catorce años, Tomás Moro ingresa en 1492 en el Canterbury College de la Universidad de Oxford, donde pasa dos años estudiando la doctrina escolástica que ahí se impartía y perfeccionando su retórica. Sin embargo, Moro se marchó de Oxford dos años después sin graduarse y en 1494 se dedicó a estudiar leyes en el New Inn de Londres y posteriormente en el Lincoln's Inn, institución en la que había trabajado su padre. Posiblemente durante esta época aprendió el francés necesario tanto para las cortes de justicia inglesas como para el trabajo diplomático, uniéndose este idioma al inglés y latín ya aprendidos durante sus estudios primarios.

En torno a 1497, comienza a escribir poesías, con una ironía que le valió cierta fama y reconocimiento. En esta época tiene sus primeros encuentros con los precursores del Renacimiento, conociendo a Erasmo de Rotterdam, con quien entablaría amistad, y a John Skelton.

Hacia 1501 ingresó en la Tercera orden de San Francisco, viviendo como laico en un convento cartujo hasta 1504. Allí se dedicaría al estudio religioso y alrededor de 1501 traduciría epigramas griegos al latín y comentaría De civitate Dei, de San Agustín. A través de los humanistas ingleses tiene contacto con Italia. Tras realizar una traducción (publicada en 1510) de una biografía de Giovanni Pico della Mirandola escrita por su sobrino Gianfrancesco, quedó prendado del sentimiento de la obra que adoptó para sí, y que marcaría definitivamente el curso de su vida[cita requerida].

Al abandonar la Orden de los Cartujos, en 1505, contrae matrimonio con Jane Colt y ese mismo año nace su hija Margaret, quien sería su discípulo. Habiendo abandonado la Orden de los Cartujos, recibido en leyes, ejerce como abogado con éxito, en parte gracias a su preocupación por la justicia y la equidad; más tarde sería juez de pleitos civiles y profesor de Derecho.

En 1506 nace su segunda hija, Elizabeth. Ese año traduce al latín Luciano en compañía de Erasmo. Un año más tarde nace Cecily, su tercera hija. Tomás Moro es pensionado y mayordomo en el Lincoln's Inn, donde realiza conferencias entre 1511 y 1516. En 1509 nace su hijo John. Moro participa en gestiones entre grandes compañías de Londres y Amberes. Ese mismo año escribe poemas para la coronación de Enrique VIII. En 1510 es nombrado miembro del parlamento y vicesheriff de Londres. Un año más tarde muere su esposa Jane y se casa con Alice Middleton, viuda siete años mayor que Moro y con una hija, Alice.

En 1513 escribe History of King Richard III, libro que inspirará al personaje de William Shakespeare.

En 1515 es envíado a una embajada comercial en Flandes. Ese año escribe el libro segundo de Utopía. Un año más tarde escribe el libro primero de Utopía y la obra completa es publicada en Lovaina. En 1517 es enviado a Calais para resolver problemas mercantiles. Es nombrado master of requests y miembro del Consejo Real. En 1520 ayuda a Enrique VIII a escribir Asertio septem sacramentorum. Moro es hecho caballero y vicetesorero. Ese mismo año su hija Margaret se casa con William Roper, quien sería el primer biógrafo de Tomás Moro.

En 1524 es nombrado Administrador de la Universidad de Oxford, en 1525 Administrador de la Universidad de Cambridge y Canciller de Lancaster. Traslada su residencia a Chelsea y escribe carta a Iohannis Bugenhagen defendiendo la supremacía papal. En 1528 el obispo de Londres le permite leer libros heréticos para refutarlos.

En 1530 no firma la carta de nobles y prelados que solicita del papa la anulación del matrimonio real. En 1532 renuncia a su cargo de canciller. En 1534 se niega a firmar el Acta de Supremacía que representa repudio a la supremacía papal. El Acta establece condena a quienes no la acepten y el 17 de abril del mismo año es encarcelado. Un año más tarde es decapitado, el 6 de julio de 1535.

Thomas Hobbes

 

 

Thomas Hobbes

Hobbes nace en Inglaterra en 1558 , era considerado un hombre de gran especie intelectual ,curiosos y tímido. Su destino quiso que viviese en una época poco propicia para un amador de la paz y la tranquilidad.

Hobbes desde su juventud, cogió horror a las discusiones político religiosas, sobre la interpretación de la Biblia y los derechos de la conciencia individual . En su opinión estas discusiones debilitaban Inglaterra, minaban la autoridad por su base y preparaban la guerra civil.

En 1640 , cuando la guerra parecía aproximarse, huye de Inglaterra a París y en su destierro voluntario de once años preparo su Leviatán. Mientras tanto, Inglaterra desde que había caído en las manos fuertes y hábiles de los Tudor ,en las torpes de los Estuardos, no había conocido mas que convulsiones. En el furor de las disputas religiosas ( protestantes y católicos, entre protestantes anglicanos y disidentes ) agrava allí el furor de las pasiones políticas , formando todo ello una mezcla incendiaria .

En 1642 ,comienza la lucha armada entre Carlos I Estuardo y su parlamento, la mayoría puritana. Una vez vencido el Rey por el ejército parlamentario de Cromwell, el rey es ejecutado.

En 1651, Cromwell reina en Inglaterra , convertida en república y es en ese entonces cuando aparece en Londres este libro de extraño título: El Leviatán.

 

La concepción hobbesiana del estado de naturaleza se aparta del sentido paradisíaco, que a ese estado, asigna el pensamiento teológico . Hobbes separa con claridad dos etapas: una situación de barbarie y de guerra de todos contra todos ,un mundo sin germen de derecho , y por otra parte , un estado creado y sostenido por el derecho , un estado con suficiente poder para iniciar y reformar su estructura.

Según Hobbes la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu que , si un hombre es más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando este se considera en conjunto, la diferencia entre los hombres, no es tan importante. De manera que estos puedan reclamar a base de ella y para sí mismos, un beneficio cualquiera al que otro no pueda aspirar .

La inclinación general de la humanidad entera es entonces un perpetuo e incesante afán de poder que cesa solamente con la muerte. La pugna de riquezas , placeres, honores u otras formas de poder , inclina a la lucha , la enemistad y a la guerra. Por ello en la naturaleza del hombre se encuentran tres causas principales de discordia: la competencia, la desconfianza y la gloria. De esta manera la competencia impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio, la desconfianza para lograr la seguridad y la gloria para ganar reputación. Con todo esto, mientras el hombre viva sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o estado que se llama guerra . Una guerra que es la del todos contra todos .

Sin embargo Hobbes advierte que nunca existió un tiempo en que los hombres particulares se hallaran en una situación de guerra del uno contra el otro, sino que en diferentes épocas el ser humano se halla en estado de continua enemistad , en la situación y postura de los gladiadores ,con las armas asestadas y los ojos fijos uno en otro. Por ende en esta guerra nada puede ser injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad ,justicia e injusticia están fuera de lugar .Donde no hay poder común, la ley no existe . Donde no hay ley, no hay justicia.

En esta condición en que el hombre se encuentra por obra de la simple naturaleza, en una guerra de todos contra todos, el puede tener la posibilidad de superar ese estado, en parte por sus pasiones y también por su razón.

Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable , y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. En otras palabras , la pasión inclina a los hombres a desear y conseguir los bienes y privilegios del prójimo. Esto sería entonces la necesidad del hombre , pues su naturaleza es estar en guerra los unos con los otros. Mientras tanto y por otro lado la razón los hace pensar que sin seguridad y duración, los bienes y privilegios deseados no tienen sentido porque no se pueden disfrutar. La razón entonces sugiere normas adecuadas de paz , a las cuales pueden llegar los hombres por mutuo consenso. Estas normas son las que Hobbes llama Leyes de la naturaleza, las cuales servirán para que el hombre salga de ese estado de guerra.

Hobbes define 19 leyes de naturaleza sin embargo existen dos fundamentales de las cuales se derivan las restantes. La primera de ellas se refiere a que cada hombre debe esforzarse por la paz , mientras que tiene la esperanza de lograrla , y cuando no puede obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y ventajas de la guerra. Es decir buscar la paz y seguirla defendiéndose por todos los medios posibles.

La segunda ley dice que el hombre debe acceder ( si los demás consienten también y mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo ) a renunciar este derecho de todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad ,frente a los demás con respecto a él mismo. Es como la ley del evangelio: " no hagáis a los demás , lo que no queráis que os hagan a vosotros".

De la segunda ley de naturaleza según la cual los hombres están obligados a transferir a otros los derechos que perturban la paz, se deduce una tercera ley que se refiere a que los hombres cumplan los pactos que han celebrado. Entonces mientras las pasiones enfrentan a los hombres , la razón los hace pactar .

Ahora bien cuando los pactos se respetan y se llevan a cabo hay justicia, que quiere decir que existe una voluntad constante de dar a cada uno lo suyo. Todos los hombres tienen derecho a todas las cosas y por ende son iguales ante la ley. Esta inclinación de pactar lleva a los individuos a convenir un contrato, que implica la renuncia de todos sus derechos que poseían en el estado de naturaleza para otorgárselo a un soberano que a cambio les garantizará el orden y la seguridad .Con el contrato se renuncia a la libertad y a cualquier derecho que pudiera poner en peligro la paz.

El ser humano requiere de algo mas que pactar , que haga su convenio constante y obligatorio ; y ese algo es un poder común que los mantenga a raya y dirija sus acciones hacia el beneficio colectivo. Los pactos no descansan en la espada, no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre de algún modo. Por consiguiente , a pesar de la leyes de la naturaleza, si no se ha instituido un poder , cada uno fiará en su propia fuerza para protegerse contra los demás hombres.

El único camino para erigir semejante poder común, capaz de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias ajenas, asegurándoles que por su propia actividad y por los frutos de la tierra puedan nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos , es conferir todo su y fortaleza a un hombre o una asamblea de hombres.

Esto es algo más que consentimiento o concordia ; es una unidad real de todo ello en una persona, instituida por pacto de cada hombre con los demás ,en forma tal como si cada un dijera a todos: autorizo y transfiere a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mi mismo , con la condición de que vosotros transferiréis a e vuestro derecho , y autorizaréis todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud unida en una persona se denomina estado y el titular de esta persona se denomina soberano.

Esta es la generación de el Leviatán , o más bien de aquel dios mortal ,el cual debemos, bajo el dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa. Y fundando el estado solo es posible la sociedad civil.. Es decir, la organizaciónde todos los súbditos sometidos al poder del estado , se convierte en el polo opuesto de la guerra.

La idea de ese estado todopoderoso en la tierra, ese dios mortal que atemorizara a todos los ciudadanos es el Leviatán, el monstruo bíblico que se convierte en la gran solución que el hombre creo para su conservación. Bajo la soberanía de estado se garantiza paz , porque sin estado no hay sociedad entre los hombres, sino un mero estado natural de desconfianza y terror mutuo.

De esta forma el signo de esta soberanía absoluta es el poder dar y quebrantar la ley. El soberano es el verdadero fijador de la justicia y de la moral, ya que lo justo y lo bueno , pasan a definirse como lo coincidente con la voluntad del soberano. El soberano es el único poder legislativo y el estado la única fuente del derecho. Incluso en los asuntos de índole espiritual o religiosa es el soberano quien tiene la máxima autoridad.

La diferencia de gobiernos consiste en la diferencia del soberano o de la persona representativa de todos y cada uno de la multitud. El representante deber ser por necesidad o una persona o varias. Cuando el representante es un hombre, entonces el gobierno es una monarquía ; cuando lo es unas asamblea de todos cuantos quieren concurrir en ella tenemos una democracia o gobierno popular ; cuando la asamblea es de una parte solamente , entonces ese denomina aristocracia.

En todo caso el soberano debe:

Procurar a sus súbditos todo aquello para lo cual ha sido instituido : la seguridad.

Preservar la salud del pueblo, la conservación de la vida contra todos los peligros y el goce de las satisfacciones legítimas de esta vida.

Velar porque los hombres que se han unido voluntariamente en sociedad política vivan felices.

Asegura a los súbditos una inocente libertad . Inocente , en cuanto no se pueda perjudicar la paz y la libertad : la ley es el regulador .

Que las leyes no se hagan para perturbar la existencia de los hombres sino para dirigirlos , para preservarlos contra ellos mismos y contra los demás a fin de que reine la paz.

Debe garantizar a sus súbditos la igualdad ante la ley y ante cargos públicos.

Debe garantizar la igualdad en la instrucción y la educación que los formen las doctrinas verdaderas.

El soberano debe luchar contra la ociosidad ,debe proporcionar trabajo a todos.

Debe poner a cargo del estado , de la asistencia pública, a los que son incapaces de trabajar ( en lugar de abandonarlos a los azares de la caridad privada) .

Conceder a los súbditos las propiedad privadas suficientes y velar por la equidad de la distribución .Evitar de esta forma monopolios, acumulación de riquezas de particulares , explotación, etc.

De esta manera observamos al monstruo Leviatán de una manera tan inesperada , como lógica, liberal, bienhechor , previsor y humano.

 

  

John Locke

 

Nació en Wrington –condado de Somerset, cerca de Bristol- en 1632 en el seno de una familiapuritana. Fue educado duramente catorce años en su propio círculo familiar –un pequeño remanso de paz en un país ingobernable, que no tardaría en caer en la guerra civil.

1652: se trasladó en Oxford donde permaneció durante treinta años, allí encontró una atmósfera más afín a su precoz inteligencia. John Owen, el puritano que era deán de la iglesia de Cristo y vicecanciller de la universidad, fue nombrado tutor de Locke en la casa.

Entre 1660 y 1667: Fueron redactados sus primeros escritos de importancia.

1665: se trasladó a Cleves con el embajador inglés Sir Walter Vane para tratar de obtener la alianza o la neutralidad del elector en Brandemburgo en la guerra con Holanda.

1666: Vuelve a su patria.

1668: fue elegido miembro de la célebre Sociedad Real de Londres para el progreso de las ciencias, y formó parte, después, del Consejo Directivo.

1673: apareció como figura pública, al ser nombrado Secretario del Consejo de Comercio y plantaciones.

Se deteriora su salud y busca el buen clima de Francia.

1679: vuelve a Londres y reside nuevamente en Oxford.

1691: Se retira al pueblo de Oates, en las afueras de Londres. Iba a la ciudad debido a sus obligaciones como delegado en el Tribunal de Comercio.

Cuando acabó el siglo, ya achacoso, pero aun pujante Locke se preparó para la muerte. No sea afligió al conocer que Oxford había condenado su Ensayo.

1704: ocupado en responder críticas contra sus opiniones sobre la tolerancia le sobreviene la muerte el 28 de octubre.

Es considerado el principal teórico de liberalismo. Su insistencia en respetar determinadas parcelas individuales harán de él un preludio claro de la mentalidad burguesa y antiestatista, aunque sus apreciaciones acerca del trabajo también son fundamento de cualquier teorización socialista".

 

John Locke define el estado de la naturaleza como un estado de "paz, benevolencia y ayuda mutua".

Consideraba que en el estado de la naturaleza los hombres debieron gozar de perfecta libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades y sus personas como mejor les parecía, dentro de los límites de la Ley Natural, sin necesidad de pedir permiso y sin depender de la voluntad de otra persona"·

El fundamental derecho a la libertad que se deduce de las intenciones del Creador y de la necesidad de auto conservación, no conoce otro límite que la Ley Natural. Esta ley gobierna el estado de la naturaleza y que debe ser entendida como manifestación de la voluntad de Dios, enseña que nadie debe dañar a otro en su vida, salud y libertad. Así, todos los hombres están dotados de la razón y la libertad suficiente para conocer un orden del mundo que los lleva a cooperar con la preservación de sus derechos.

Para Locke mediante la razón el hombre conoce la Ley Natural y por ello le asiste el derecho de imponer a los demás su cumplimiento. Tiene el derecho a castigar a los transgresores de esa ley con un castigo que impida su violación".

Advierte que en el estado de la naturaleza "un hombre consigue poder sobre oro más no poder arbitrario o absoluto para tratar al criminal (...) siguiendo la apasionada fogosidad o la extravagancia ilimitada de su propia voluntad".

Locke considera que esta pena debe ser proporcionada a su trasgresión, según dictamine la razón y la conciencia, es decir, una pena que sirva para reparar el daño y para la represión. (8)

Hace la salvedad que el hombre cuando interpreta la ley para asuntos propios se convierte en juez y parte "el amor propio hará que esos hombres juzguen con parcialidad en favor de sí mismos y sus amigos. Por otro lado la malquerencia, la pasión y la venganza los arrastrará demasiado lejos al castigo que infligen a los demás, no pudiendo resultar de todo ello confusión y desorden, por lo que, sin duda alguna, Dios debió fijar un poder que evitase la parcialidad y la violencia de los hombres".

A partir de aquí se empeña en marcar diferencias entre el estado de la naturaleza y el estado de guerra, aunque para muchos estudiosos, no logra este objetivo.

Al parecer es inevitable que el estado de la naturaleza se convierta en un estado destructivo, pues al violar la Ley Natural no existen mecanismos para reestablecer el orden. Locke reconoce que los hombres violan la Ley Natural, ya que "no observan estrictamente los mandatos de la equidad y la justicia, resulta muy inseguro y mal salvaguardado el disfrute de los bienes que cada cual posee en ese estado" (123).

 

De lo anterior se desprende la necesidad del hombre de establecerse en sociedad. La condición natural en que se encuentra el hombre "por muy libre que sea está plagada de sobresaltos y de continuos peligros. Tienen razones suficientes para procurar salir de la misma y entrar voluntariamente en sociedad con otros hombres que se encuentran ya unidos, o que tiene el propósito de unirse para la mutua salvaguardia de sus vidas, libertades, y tierras, a todos lo cual incluyo dentro del nombre genérico de bienes o propiedades". (123).

Locke destaca que la finalidad de la sociedad civil es evitar y remediar los inconvenientes del estado de naturaleza que se producen forzosamente cuando cada hombre es juez de su propio caso".

 

Solo cuando un grupo de hombres se une en sociedad renunciando cada uno de ellos, al poder de ejecutar la ley natural, cediéndola a la comunidad, sólo así se constituye una sociedad política o civil"

Este grupo de hombres debe vivir en estado de naturaleza y deben asociarse para formar un pueblo, un cuerpo político sometido a un gobierno, o cuando alguien se adhiere o se incorpora a cualquier gobierno ya constituido.

"Por ese hecho autoriza a la sociedad o, lo que es lo mismo, a su poder legislativo para hacer las leyes en su nombre según convenga al bien público de la sociedad y para ejecutarlas siempre que se requiera su propia asistencia (como sí se tratase de opiniones propias suyas). Eso es lo que saca a los hombres de un estado de naturaleza y los coloca dentro de una sociedad civil, es decir, el hecho de establecer en este mundo un juez con autoridad para decidir todas las disputas y reparar todos los daños que pueda sufrir un miembro cualquiera de la misma" (89).

 

En conclusión aquellas personas que viven unidas, formando un mismo cuerpo, regidas por una ley común sancionada y de un organismo judicial al que recurrir, con autoridad para decidir las disputas entre ellos y castigar a los culpables, viven en sociedad civil los unos con los otros. Los hombres que carezcan de alguien a quien apelar siguen viviendo en el estado de naturaleza y a falta de un juez se convierten en jueces y ejecutores por sí mismos, ya que se ha demostrado que es ése es el estado perfecto de Naturaleza.

Para la formación de estas leyes que deben regir a la sociedad, Locke sostiene la teoría de la división de poderes: tres poderes que ejerzan el poder soberano. El poder legislativo, es aquel que tiene el derecho de señalar como debe emplearse la fuerza de la comunidad política y de los miembros de la misma. Destaca la necesidad que existan los poderes ejecutivo y federativo para que cuide la aplicación constante de las leyes.

"Estos dos poderes son en sí mismos realmente distintos; sin embargo, a pesar de que uno de ellos abarca la ejecución de las leyes comunales de la sociedad en el interior de la misma y a todos cuando la integran y el otro tiene a su cargo la seguridad y los intereses de la población en el exterior, con respecto a quienes pueden serles útiles o perjudicarle, ocurre que casi siempre suelen encontrarse unidos". (147)

Locke se inclina por la tesis de la rigurosa subordinación de los poderes al poder legislativo, y este último delegado a la voluntad popular, la cual conserva su derecho permanente de control sobre su efectivo ejercicio del poder, a fin de tutelar la propia libertad contra eventuales excesos ilegales.

Frente a un posible abuso constitucional Locke da al pueblo una especie de derecho a la revolución. Dicho derecho se ejerce en casos extremos, cuando sea imposible por otro medio reestablecer el orden normal de las cosas.

Si el propósito de principal de la sociedad civil es el resguardo de la propiedad, el organismo que lo ejecute

Constituirá el organismo más importante de la sociedad. Ese es el poder legislativo. Locke lo considera el 2alma que da forma, vida y unidad a la comunidad política y lo llama "poder supremo", aunque tiene restricciones. No puede modificar las leyes para aplicarlas a casos concretos y sus normas solas perseguirán el bien de la comunidad, es decir, no puede violar los derechos naturales "la ley natural subsiste como norma eterna de todos los hombres sin exceptuar a los legisladores".

Locke justifica que le hombre entre a la sociedad civil "movidos por el impulso de salvaguardar lo que constituye su propiedad" al fijar un poder legislativo y delegarle sus derechos lo hace con la finalidad "que existan leyes y reglas fijas que vengan a ser como guardianes y vallas de las propiedades de toda la sociedad (...) De ahí , pues, que siempre que los legisladores intentan arrebatar o suprimir la propiedad del pueblo , o reducir a los miembros de este a la esclavitudde un poder arbitrario, se coloca en estado de guerra con el pueblo (...) Este pueblo tiene derecho a readquirir su libertad primitiva y mediante el establecimiento de un nuevo poder legislativo (el que crea más conveniente) proveer a su propia salvaguardia y seguridad, es decir, a la finalidad para cuya consecución están en sociedad ".

La propiedad privada y su defensa son excluidos del contenido del pacto de gobierno, ya que son un derecho natural y éstos son innegociables. La propiedad es el primer bien que el estado debe proteger.

"Tenemos, pues, la que la finalidad máxima y principal que buscan los hombres al reunirse en Estados o Comunidades, sometiéndose a un gobierno, es la de salvaguardar sus bienes; esa salvaguardia es muy incompleta en el estado de la naturaleza". (124)

Asegura que es necesario la creación de leyes para la defensa de la propiedad privada, aunque advierte que en el estado de la naturaleza estas leyes son muy claras, pero "los hombres llevados por su propio interés, o ignorantes por falta de estudio de la misma" no reconocen estas leyes cuando están en juego sus propios intereses.

Para Locke el hombre al renunciar al poder político que posee en el estado de la naturaleza y entregárselo a la sociedad (a los gobernantes que han elegidos) o lo hacen con la misión "...expresa o tácita de emplearlo para el bien de los miembros de la sociedad y la salvaguardia de sus propiedades (...) No puede, pues, en manera alguna y de un modo absoluto y arbitrario, extenderse ese poder a sus vidas y a sus propiedades que, por el contrario, deben defenderse y guardarse hasta donde sea posible".

 

La defensa de la propiedad privada como un derecho natural que el estado Constitucional debe proteger Locke la relaciona directamente con el trabajo, ya que mediante este el hombre saca las cosas del estado de la naturaleza y las hace instrumentos para satisfacer la necesidad humana. La propiedad es la institución fundamental del estado de naturaleza.

Explica que cada hombre tiene por Ley Natural propiedad sobre su cuerpo y por ende de las obras que con este realiza "por eso, siempre que alguien saca una cosa del estado en que la naturaleza la produjo y la dejó, ha puesto en esa cosa algo de su esfuerzo (...) y por ello la ha convertido en algo suyo".

Y como este cita muchos ejemplos como el agua de un manantial que es de todos los hombres, pero quien dudaría que la recogida en un recipiente pertenece al que lo llenó.

De esta manera el trabajo pasa a ser fuente del derecho de propiedad, que no sólo abarca los bienes de consumo sino los medios de producción, como la tierra, siempre y cuando sea trabajada por el hombre.

"La extensión de tierra que un hombre trabaja, planta, mejora, cultiva y cuyos productos son capaces de utilizar, constituye la medida de su propiedad".

Señala la salvedad que el hombre tiene derecho natural de poseer sólo que necesita, quien se adueña de bienes perecederos y nos los utiliza viola la Ley Natural, aunque admite la posibilidad de cambiar estos bienes por otros que puedan conservarse como metales.

Para salvaguardar aun más la propiedad los hombres aceptan la sociedad civil, renuncia a su propia defensa. Al consentir formar parte de una sociedad civil, puede ser tácito, participan en un convenio que origina la sociedad, haciendo dejación en ellas de las facultades que tenían en el estado de la naturaleza. A partir de allí la sociedad se encargará de protegerlo a través de leyes que debe dictar y que considere necesarias para el bien de la sociedad y castigando a quienes la infrinjan.

La transmisión tanto de funciones como derechos a la sociedad se caracteriza por la condicionalidad y la limitación.

El hombre entrega los derechos individuales esperando obtener beneficios, la sociedad recibe estos derechos y a su vez los entrega al gobierno, que se convierte en fideicomisario de la sociedad, de forma análoga a como ésta lo es del sujeto. Comienza así una relación de confianza con el gobierno, esperando que este persiga el bien de la comunidad. Vulnerar el convenio permite revocar el mandato.

Locke diferencia muy bien la autoridad de un padre sobre un hijo, de un amo sobre el esclavo, pero la obligación del súbdito de obedecer al soberano nace del contrato y así lo reconoce.

La única manera de permitir la legitimación es a través del consenso de aquellos sobre los que el poder se ejerce, en el origen de la sociedad civil debió existir el pacto –expreso o tácito-entre quienes fue acordado.

"Cierto que el individuo traspasa en el contrato de sociedad sus derechos al soberano, pero no para que los anule, sino para que los defienda o proteja. Si el particular se protegiera contra los ataques de sus conciudadanos, pero no contra el capricho del soberano, se parecería al tonto que se defiende de zorras y martas, pero se deja atacar por el león". (Manual de Historia de la Filosofía de Johann Fischl).

El postulado de la libertad natural lleva a Locke a ver toda libertad aparente en real y lo conduce a una hipótesis del intercambio no forzado que explica los fenómenos sociales como una conjunción de pactos explícitos e implícitos. Sostiene el principio "que ningún hombre se someta a la voluntad de otro sin su consentimiento", y que "allí donde hay pacto ya no hay esclavitud".

Locke se opone firmemente a los los argumentos del poder absoluto, pero para algunos de sus estudiosos pierde capacidad de penetración social y termina por sacrificar al altar del libre intercambio las dudas de que hasta que punto pueden considerarse libres y voluntarios los pactos realizados en situación de desequilibrio de poder y propiedad.

 

Advierte que mientras la sociedad exista el poder que cada individuo le entregó al entrar a formar parte de esta no puede ser revestido "sino que permanecerá siempre en la comunidad, porque sin eso no podría existir comunidad política, lo cual sería contrario al convenio primitivo". Asimismo cuando la sociedad ha colocado en una asamblea de hombres el poder de legislar, el poder legislativo no puede revestir al pueblo mientras subsista el gobierno "porque habiendo dado al poder legislativo faculta para subsistir indefinidamente, el pueblo ha renunciado al poder político y no puede volver a recobrarlo", al contrario si le dio existencia limitada al legislativo o este pierde poder por las faltas que comete o simplemente se cumple el lapso señalado "el poder legislativo revierte a la sociedad, y el pueblo tiene el derecho de actuar como soberano, de conservar para sí mismo el poder legislativo, darle otra forma, o de colocarlo, conservando la antigua, en otras manos. Según lo juzgue más conmveninete".

 

 

Jean Jacques Rousseau

 

Jean Jacques

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